
Pareciera como que con los sueños desaparecemos.
¿Y a dónde nos vamos? Talvés despegamos un viaje infinito hacia lo más desconocido.
Podríamos llegar a tocar la más alta estrella sin causarnos demaciada molestia.
Podríamos también pensar más allá de nuestras narices.
Sentirnos parte de los desconocido, sentirnos parte de algo que nadie sabe que existe.
Y estaríamos siendo parte de nada al fin y al cabo... sólo de algo que nosotros creamos cuando soñamos.
Y soñamos cosas amables para nuestra mente y alma. Somos generosos con los sueños o demaciado exagerados al pedir en sobremanera.
Y siempre habrá uno que no podrás contarle ni a tu sombra, un sueño escondido bajo mil candados, bajo el mejor escondite que hay, es decir, nuestra mente, nosotros mismos. Si no lo dices, no lo sabrá nadie, qué mejor que tu secreto sueño permanesca escondido bajo ti mismo.
Y ése resulta ser el mejor de todos, porque eres tan tú que nadie está contigo, despegas cuando piensas en ese sueño, cuando sueñas un sueño... y ahí te vas a ese recóndito lugar, mui desconocido para todos, pero menos para uno mismo... está desalojado de gente, de microbios, de gusanos, de mastodontes, de arañas, de mariposas, está solo tu mente, tu alma, tu cuerpo, estás solo tú.
Y eso agrada, aunque de vez en cuando te dan incontrolables ganas de gritar tu sueño, de que todos lo sepan, pero la sensación de saber que hay algo que nadie sabe es la gracia de todo esto. Es la gracia de soñar despierta o durmiendo, pero soñar al fin y al cabo.
Y quién más que tú, que yo, que él o ella para cumplir ese sueño propio?
Y cuando se cumple se siente el alivio, pero deseas volver a reinventar un sueño secreto, que nadie sepa, y que cuando lo sueñes, despegues al lugar más desconocido para el mundo pero menos para ti. Creo que ésa es la gracia de un buen sueño para cumplir, y al cumplirlo, seguir obteniendo secretos en el alma que se cumplan para sentir una realización propia, con uno mismo.
Y quién lo sabrá?, Sólo tu mente, tu alma, tu cuerpo, tu vida, sólo tú.